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Gestión del cambio: cómo transformar la resistencia en motivación

  • Foto del escritor: Gwen Fdez
    Gwen Fdez
  • 15 sept
  • 1 Min. de lectura

El cambio es inevitable en cualquier organización: nuevos procesos, herramientas, líderes o formas de trabajar. Sin embargo, cada vez que aparece, surge también su compañero inseparable: la resistencia.

¿Por qué ocurre? Porque cada persona vive el cambio desde su experiencia, sus miedos y sus fortalezas. Lo que para unos es una oportunidad, para otros puede ser una amenaza. Y aquí es donde muchas empresas se equivocan: imponen cambios de manera uniforme, sin tener en cuenta que no todos lo vivirán igual.


La resistencia no es un obstáculo imposible de superar; es una señal de que las personas necesitan acompañamiento. Cuando se escucha, se explica y se acompaña a cada profesional en su proceso, la resistencia se convierte en motivación. Y cuando se acompaña al equipo como conjunto, el cambio fluye de forma más natural.


El resultado es doble: menos miedo, menos pérdida de tiempo en la adaptación y, en consecuencia, más productividad. Porque cada día que el equipo dedica a resistirse es tiempo que la empresa deja de ganar.


La verdadera gestión del cambio no consiste en imponer, sino en acompañar. Así es como la resistencia se transforma en motor de crecimiento.

 
 
 

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